Necesitamos una “vacuna social”. Entrevista a Joan Benach

Joan Benach

24/03/2021

¿Cuáles son las causas de la salud? ¿Por qué enfermamos y se crean desigualdades?

Las causas fundamentales que determinan la salud de una población no son, como muchos piensan, la biología y genética, los «estilos de vida» o la atención sociosanitaria sino las causas sociales. ¿Por qué? Pues porque los factores biológicos y genéticos casi siempre se «activan» o no según el entorno, porqué las conductas asociadas con la salud, como los hábitos alimentarios o fumar, son condicionadas por la familia y el ámbito social, y porqué la atención sanitaria, a pesar de ser un servicio fundamental cuando enfermamos, contribuye relativamente poco a la salud de la población y también depende de factores socio-políticos. ¿Por qué enfermamos pues? Sobre todo a causa de los «determinantes ecosociales»: la precarización laboral, la vivienda, o la contaminación ambiental por mencionar tres factores solamente. Estos factores inciden desigualmente en los distintos grupos sociales según su clase social, género, etnia, situación migratoria y lugar donde se vive, generando desigualdades en salud. Pongamos un ejemplo. Las mujeres de las clases sociales populares tienen más obesidad debido a que, por razones sociales e históricas, sufren más discriminación y explotación laboral. Con el tiempo, muchas de estas mujeres expresarán la situación de desigualdad social en forma de trastornos metabólicos, diabetes y muerte prematura. Es por eso que decimos que la sociedad entra desigualmente dentro de nuestros cuerpos expresándose biológicamente en forma de enfermedad.

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El Chasque Nº 66 ¿UN AÑO DE RETROCESOS?

5/03/2021

Hay cifras que hablan muy claramente de la orientación y el programa de este gobierno: 100.000 nuevos pobres, una caída del salario real que se calcula en el entorno del 5%, reducción de horas en secundaria, alrededor de 250.000, lo cual significaría según algunos cálculos entre 10 y 11 liceos menos -recordemos que quien dirige el CODICEN y el Partido Colorado, que integran la coalición, habían prometido 136 liceos más-, drástica rebaja en el presupuesto de la ANII y por tanto de la investigación científica, suba de tarifas por encima de la inflación y reducción de las inversiones de las empresas públicas en un 30%, aumentos de jubilaciones por debajo de la inflación tras 15 años de aumentos por sobre la inflación y se podría seguir.

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El Chasque Nº 60. El final no está garantizado.

29/01/2021

La pandemia ha sido un factor no predecible en el curso de los acontecimientos históricos, si bien muchos hablan de que existía la posibilidad de que sucediera.

Lo cierto es que nadie lo esperaba. Cada país la enfrentó y lo enfrenta de acuerdo a su capacidad, e interpretación de sus gobernantes sobre el hecho. Tuvimos a un triunvirato integrado por Trump, Bolsonaro y Boris Johnson negacionistas al comienzo de la pandemia, creadores de teorías conspirativas sobre el “virus chino” como forma de lograr recuperar unos casilleros en la disputa con China por la hegemonía mundial.

Pero más allá de ser “un cuento chino” lo de estos señores, lo real es que la pandemia, de una forma u otra, es utilizada para justificar o explicar determinadas posiciones políticas e ideológicas y formas de actuar que van desde el autoritarismo más acérrimo hasta la “libertad responsable”.

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Chasque Nº 57 -No perdernos entre tanto humo.

8/01/2021
Comenzó el 2021 y arrancó el verano en Uruguay con altos índices de contagios y fallecimientos por el Covid-19. Aparentemente las medidas establecidas por el Ejecutivo y dadas a conocer el 16 de diciembre no han tenido influencia en el curso de la pandemia, pero si en la supresión del derecho a reunión establecido por el artículo 38 de la Constitución. Para complementar el cuadro el gobierno dio a conocer un nuevo aumento de las tarifas públicas, siendo Antel – Internet con el mayor incremento, justo el medio que hoy más se necesita y se utiliza. Paralelamente se confirmó la caída del salario público, de las jubilaciones y pasividades, sumándose el cierre de pequeñas y medianas empresas, el despido de trabajadores y niveles de desocupación importantes son algunos aspectos que describen el brutal ajuste sobre los trabajadores por parte de este gobierno representante de la oligarquía y del capital financiero. Ellos lo presentan como consecuencia inevitable de la pandemia y no fruto de una política de clase de cómo abordar la realidad donde paga el pueblo y se salva el “malla oro”.

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Para acabar con la crisis del Covid-19, ¿vuelta a Keynes?

Michael Roberts
02/10/2020

La UNCTAD dice que “mientras el crecimiento deba depender del crédito y el Estado se vea limitado a la hora de controlar las finanzas y garantizar el pleno empleo, la inestabilidad financiera y las crisis se convertirán en características de las economías capitalistas”. La implicación aquí es que si el estado controlara las finanzas, podría lograr el pleno empleo y poner fin a las crisis. Pero seguramente, como continúa diciendo la UNCTAD, “con la preservación de las ganancias como el eje del modelo, los asalariados o el sector público soportan el costo de las crisis, y la presión a la baja sobre los salarios suprime la demanda agregada en el ciclo subsiguiente. «

De hecho, la ‘preservación de las ganancias’ es el problema porque es la fuerza impulsora de la producción capitalista. Por tanto, cuando la UNCTAD dice que quiere centrarse «en la distribución funcional del ingreso», es decir, la distribución de la participación en los salarios y las ganancias, y reducir la participación en las ganancias, ignora la realidad de que es el modo de producción capitalista con fines de lucro el que genera esa distribución desigual. La UNCTAD quiere que acabemos con «el comportamiento de búsqueda de rentas y la concentración del mercado (es decir, los monopolios), los términos de intercambio desiguales (imperialismo) y la división internacional del trabajo (imperialismo)», pero ¿cómo se puede hacer sin tomar el control y la propiedad de las empresas multinacionales e instituciones financieras que engendran estas desigualdades y flujos imperialistas de valor?

La UNCTAD dice que “los mercados, si se dejan a si mismos, no pueden proporcionar de manera eficiente a la sociedad los bienes colectivos necesarios y las condiciones para un crecimiento y desarrollo sostenibles y equitativos, independientemente del punto de partida. Por lo tanto, se necesita una combinación de políticas fiscales activas y políticas más estructurales para llenar el vacío, políticas que miren más allá de la estabilización temporal y contribuyan a la reconstrucción económica «. Esto implica que las cosas funcionarían de manera eficiente si los mercados fueran interferidos y «administrados».

Las ‘políticas estructurales’ de la UNCTAD se reducen a una mayor regulación de los monopolios y los bancos, no a su propiedad. “Para reducir la monopolización del mercado y la búsqueda de rentas corporativas, es necesario restaurar gran parte de la estructura reguladora desmantelada durante las últimas cuatro décadas. Además, las leyes antimonopolio y anticonsorcio deben ponerse al día”. Y “necesitamos una nueva regulación de las finanzas. Esto incluye hacer frente a los bancos privados gigantes a través de la supervisión y regulación internacional; cambiar el importantísimo mercado, altamente concentrado, de la calificación crediticia; y la acomodaticia relación entre las agencias de calificación y las instituciones bancarias en la sombra «. Cualquiera que haya leído mi análisis sobre la eficacia de la regulación de los monopolios y los bancos concluirá que esta política de regulación no funcionará.

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La economía de la covid-19: ¿podrá el capitalismo asumir el reto?

James K. Galbraith (CIDOB) 27/07/2020

La enfermedad de la covid-19 está sujeta a dos propiedades matemáticas. La primera es el coeficiente de transmisión, que en condiciones normales de contacto humano-a-humano es mayor de 2,0, con un tiempo de duplicación de solo unos cuantos días, similar en principio a una reacción nuclear descontrolada. La segunda es el período de incubación, normalmente dos semanas, de modo que si se mantiene una separación estricta entre las personas durante al menos este período de tiempo, el coeficiente de transmisión se reduce y la epidemia puede ser mitigada o suprimida.
Así, el coste del retraso en aplicar medidas estrictas se cuenta por el número de contagiados y de muertos en la primera oleada, por la salpicadura de casos positivos en todo el paisaje, y por el riesgo de brotes secundarios o terciarios si no se mantienen fuertes controles superada la primera oleada.
La pobre actuación de EE.UU. en esta crisis se debió a una combinación de factores, todos ellos relacionados con la menguante competencia de la autoridad pública. El sistema estadounidense ex ante estaba eficazmente adaptado a las condiciones de una sociedad individualizada y desigual, pero frágil, descoordinada e inadecuada para hacer frente a una amenaza común. La ideología del libre mercado y una doctrina social conservadora han apuntalado este sistema y han oscurecido su vulnerabilidad hasta el punto de suprimir evidencias científicas y esfuerzos políticos para mantener una capacidad defensiva común.
Casi con toda seguridad no habrá retorno a la normalidad (…) porque la gente será más pobre, tendrá más aversión al riesgo y sus valores habrán cambiado
Para el día después, la hipótesis subyacente más extendida en la política estadounidense es que una pausa breve en la actividad puede ir seguida de un retorno a una casi normalidad. Esta asunción se sustenta en la estrategia del rescate financiero para empresas como las compañías aéreas y las cadenas hoteleras, la política de préstamos para que las pequeñas empresas puedan retener a sus trabajadores, y los denominados pagos o cheques “de estímulo” pensados para aumentar la confianza del consumidor y hacerle volver a sus pasados hábitos de gasto. Por contra, la fuerte dependencia del seguro de desempleo por oposición a las compensaciones salariales de las empresas nos augura despidos laborales a gran escala a medio plazo.

Casi con toda seguridad no habrá retorno a la normalidad. Los futuros patrones de la demanda serán diferentes, porque la gente será más pobre, tendrá más aversión al riesgo y sus valores habrán cambiado. Estos cambios se verán reforzados por un patrón de nuevos brotes, y cada caso de no recuperación alimentará a otro en un sistema descentralizado: desde el gasto a los ingresos, de los ingresos a los impuestos, de los impuestos a la capacidad del Estado y a la provisión de servicios, y vuelta a empezar.
Mirando hacia adelante, podemos pronosticar un conflicto entre contratos de deudas –hipotecas, alquileres, deudas de estudiantes, de consumidores, de empresas– y la capacidad de los ingresos para pagarlas. Se producirá o bien una oleada masiva de bancarrotas, ejecuciones hipotecarias, desahucios y embargos, lo que provocará un enorme conflicto social, o bien habrá amortizaciones y liquidaciones de muchas deudas sobre la base del perdón de préstamos. Si se toma el primer camino, los acreedores pueden salir ganando pero la economía estará en depresión durante muchos años. Si se toma el segundo, el sector financiero tendrá que reorganizarse para que funcione como un servicio público y la era del capitalismo de mercado monetario habrá llegado a su fin.
De momento, se ha reflexionado poco sobre la reorganización de la actividad que será necesaria para que se reanude la actividad después de la pandemia. La solución debería incluir una inversión suficiente en servicios eficaces de salud pública; también un acompañamiento efectivo a través de tests de detección y pagos por el cuidado de los casos en curso; se requerirá una reorganización de todas las actividades locales por lo que respecta a la protección y a la distancia de seguridad, incluyendo restaurantes, teatros, bares, cafeterías, escuelas, reuniones de carácter cultural o político, elecciones; finalmente, promover la creación de empleos para los que sean expulsados de todos aquellos sectores que no podrán recuperarse y ofrecer medidas de ayuda y socorro para aquellos que se hayan vuelto inempleables.
¿Podrá el capitalismo asumir este reto? Tanto la historia de Occidente como la experiencia más exitosa de Asia ante la pandemia sugieren que no. Puede que haya soluciones híbridas por debajo de un socialismo de Estado, al estilo del New Deal estadounidense durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt en los años treinta del siglo XX. El tiempo disponible para descubrir, diseñar y poner en práctica estas soluciones es muy escaso.

Tomado de Ctxt

América Latina: Gravar la riqueza para enfrentar la crisis.

OXFAM: Aumentan los milmillonarios de América Latina a medida que la región más desigual del mundo se hunde bajo el impacto del coronavirus

La fortuna de los 73 milmillonarios de América Latina aumentó en 48 200 millones de dólares desde el comienzo de la pandemia, incluso ahora cuando la región es una de las más afectadas del mundo, afirma Oxfam hoy. 

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La economía más allá de la pandemia y la cuarentena: el problema es el capitalismo

Julio C. Gambina
29/06/2020

No hay dudas que la pandemia por el coronavirus agravó la situación económica global, pero más allá de cualquier forma de confrontación de la cuestión sanitaria, el mundo presenta un cuadro de recesión con alarmante impacto sobre la sociedad empobrecida, lo que se mide en desempleo, caída del salario, flexibilización salarial, laboral y sobre explotación de la fuerza de trabajo.

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